“Uno no es lo que come, es lo que puede digerir y absorber”

La intolerancia alimentaria aparece cuando hay una mala absorción de los alimentos ingeridos. El tracto digestivo mide unos 10 metros, tiene el área del tamaño de un campo de fútbol pequeño. En su interior viven billones de bacterias intestinales, la llamada flora intestinal, que se encargan de descomponer los alimentos en nutrientes más pequeños, aptos para la correcta nutrición del organismo. Siendo tan importante para nuestra salud tener una flora intestinal fuerte, ésta se debilita y se puede perder por muchos factores:

  • Una época de estrés continuado.
  • La toma de antibióticos durante una semana por una infección puntual.
  • Tomar medicamentos para tratar una enfermedad crónica
  • Una alimentación inadecuada, etc…

El intestino es un órgano poroso, con tramos para absorber diferentes tipos de nutrientes. Cada uno de estos tramos tiene poros de la pared intestinal de tamaño distinto. Por ejemplo, cuando comemos carne, tal y como la ingerimos no es apta para nutrirnos, se necesita descomponer pasando primero por las enzimas digestivas de la saliva y el ácido clorhídrico del estómago que la deshace. Posteriormente llega al primer tramo del intestino, el duodeno, y se mezcla con la flora intestinal de éste, las enzimas pancreáticas y las enzimas biliares que la irán descomponiendo y transformándola en moléculas más pequeñas. Es entonces cuando tienen el tamaño perfecto para pasar por el poro que tiene ese mismo tamaño, y cuando es apta para la nutrición, no en otro momento.

Cuando nos falta la flora intestinal, el intestino se irrita, y al irritarse el poro se hace más grande, por lo que alimentos mal digeridos pasan al torrente sanguíneo en forma “tóxica”. Las consecuencias son una serie de síntomas digestivos como gases, hinchazón abdominal, digestiones pesadas, estreñimiento, diarrea, etc…

Hay personas que no tienen estos síntomas y creen que todo lo que comen les sienta bien, pero por ejemplo pueden tener problemas respiratorios como el asma, dermatitis, psoriasis, depresiones, acné, dolores articulares, síndrome de fatiga crónica, cansancio y otras muchas enfermedades mal diagnosticadas. Es posible que la raíz de esos problemas sean las toxinas circulantes en la sangre, que están ahí por la mala digestión y absorción de los alimentos ingeridos.

No es lo mismo una alergia alimentaria que una intolerancia.

Las alergias se manifiestan rápidamente, poco tiempo o inmediatamente después de haber ingerido algo que nos va mal. Participan las Inmunoglobulinas del tipo E, IgE, que son las encargadas de interceptar al producto “agresor” y liberar histamina para neutralizarlo. Esa es la causa de los síntomas propios de la alergia, sarpullidos en la piel, rinitis, fiebre del heno, hinchazón de la cara, hinchazón de la garganta, etc.

En las intolerancias alimentarias participan las Inmunoglobulinas del tipo G, IgG, y los síntomas son retardados, pueden aparecen entre 1 hora y tres días después de haber ingerido un alimento, y son acumulativas, por eso son tan difícil de diagnosticar en la observación.

Los síntomas que se padecen son muy difusos, nos pasa algo, no nos encontramos mal, pero tampoco estamos bien, y la mayoría de veces no lo identificamos con algo que hemos comido, porque cada vez que nos sentamos a la mesa ingerimos varios alimentos distintos a la vez y es muy difícil saber qué es lo que nos ha sentado mal.

Con el Test de Intolerancia Alimentaria se puede ver la salud de nuestro intestino, la cantidad de flora intestinal que tenemos, si existe un síndrome de permeabilidad intestinal y cuáles son los alimentos que nos perjudican y en qué grado. El Test de Intolerancia Alimentaria se hace con electro acupuntura, midiendo la energía del meridiano de Intestino grueso o delgado y comparándolo con 193 sustancias entre los que se encuentran, alimentos, aditivos, conservantes, sustancias que respiramos, como polvos y pólenes distintos, tejidos que nos ponemos sobre la piel. Con estos datos se programa una nueva pauta alimentaria y un tratamiento para mejorar la salud del intestino. Los síntomas normalmente desaparecen en el transcurso de 6 meses a 1 año, desde el inicio del tratamiento.

SILVIA RIBERA: Dietética energética, Test de intolerancia alimentaria

Especialista en medicina natural, nutrición, dietética energética y test de intolerancia alimentaria.

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