EL AMOR CRECE Y FLORECE DENTRO DE UN ORDEN

Se dice que la mayoría de los problemas psicológicos que nos afectan a todos vienen de nuestra historia y relación familiar.

Las constelaciones sacan rápidamente a la luz la dinámica que causa el sufrimiento y, si se dan las circunstancias apropiadas, la corrige en el mismo momento. Las Constelaciones Familiares nos permiten adentrarnos en nuestros propios sistemas con una nueva mirada, más clara, conciliadora y por lo tanto sanadora.

Lo que una generación deja sin resolver, será la siguiente generación la que inocente e inconscientemente trate de resolverlo, quedando atrapadas en temas o asuntos que no son en realidad de su responsabilidad.

Sin embargo, el mismo amor que enfermó es el que tiene la sabiduría de la solución cuando se vuelve consciente; las lealtades invisibles emergen durante la configuración de las constelaciones familiares.

EL PROCEDIMIENTO

Este método de trabajo no requiere la presencia de la familia, se puede trabajar a partir de una persona, todo el sistema familiar. Se trata de una forma de trabajo individual que se realiza con un grupo de personas, interesadas en el sistema, que sirven de representantes.
Básicamente, el trabajo se realiza en un taller de grupo, la persona que trabaja su Constelación elige, entre los participantes, representantes para los miembros de su familia actual o de origen, incluyendo un representante para sí mismo y los coloca en el centro, luego los posiciona en el espacio guiada por su intuición, relacionándolos unos con otros.
Bert Hellinguer con su enfoque fenomenológico, descubrió que al congurar la Constelación Familiar, las y los participantes que sirven como representantes de miembros de una familia, expresan los sentimientos y sensaciones que aquejan auténticamente a quienes representan (sin haberlos conocido previamente).
Se expresan así las complejas fuerzas conictivas que actúan en los sistemas humanos, así como el camino hacia las soluciones que parecían inaccesibles o inclusive inimaginables.
A partir de esa imagen el coordinador acompaña al cliente al encuentro con un realidad y tomando en consideración los sentimientos de los representantes y orientándose en su expresión corporal y emocional, al coordinador hacer los cambios necesarios, permitiendo que surja la dinámica oculta.
Luego sigue ordenado el sistema hasta llegar a una imagen de solución. Mediante frases curativas o ritos del lenguaje corporal, se eliminan los “desórdenes” e implicaciones sistemáticas y todos los miembros de la familia recuperan el lugar que les corresponde, dejando a cada persona con su propia responsabilidad y su lugar de dignidad en la familia. De esta manera restablece el “Órden del Amor” y se rompe la cadena de
los destinos trágicos.
Así se forma una nueva imagen encaminada a soluciones alternativas y al asentimiento consciente del propio destino, de esta manera equilibrada, el amor se transforma en una fuerza vital.

Cuando se restablecen los órdenes del amor,
podemos sentir la fuerza de la familia a nuestras
espaldas como una poderosa energía vital que nos
fortalece en nuestro camino de vida.
Bert Hellinger